La mina de hierro más grande del mundo está debajo de Kiruna, una pequeña ciudad dentro del círculo polar ártico; y a pesar de ser el principal sustento de la mayoría de la población, les obligará a marcharse.

Los mineros cavaron galerías tan profundas que se han empezado a producir los primeros hundimientos. Una gran grieta en la tierra se acerca varios metros al año al a la ciudad, por lo que la iglesia, el Ayuntamiento, la estación de tren y cualquier otro edificio serán trasladados de forma minuciosa.

La ley sueca ha obligado a la empresa minera a pagar todos los gastos de la mudanza, en la que se engloba el traslado a los habitantes de Kiruna y a sus edificios a un lugar que se encuentra a tres kilómetros de la ubicación actual.

El plan de reubicación ya ha sido diseñado y según el arquitecto Kister Lindtedt, el terreno comienza a deformarse al comienzo de la ciudad, por lo que han comenzado a trabajar por ese lugar. Aunque no esperan acabar hasta, al menos, dentro de 20 años.

No es la primera vez que ocurre algo así en Suecia: Malmberget, otro municipio dentro del círculo polar ártico, tuvo que ser trasladado por las mimas causas.