Es uno de los eventos del año en un hotel de lujo de Londres: una cena benéfica sólo para hombres. Las únicas mujeres que acuden son en calidad de azafatas. En total, 130 vestidas de negro, hasta la ropa interior, con minifalda corta y zapatos 'sexys'. Así son las premisas marcadas para trabajar esa noche.

Una periodista del 'Financial Times' conocía lo que venía dándose en esas cenas, que llevan 33 años celebrándose bajo la premisa de recaudar fondos para la caridad. "Las exazafatas que trabajaron en este evento han dicho que no lo volverían a hacer porque reciben un trato vejatorio. Esta es una de las razones por las que quiero ir de incógnito para ser testigo de primera mano", explicaba en un vídeo la periodista Madison Marriage.

Y así lo hizo. Cuenta que muchas azafatas fueron manoseadas y hasta acosadas sexualmente y recibieron proposiciones. Se subastaba una comida con Boris Johnson, que él mismo ha dicho desconocer, o tomar el té con el gobernador del Banco de Inglaterra. No se queda ahí la subasta, que incluye lo sórdido: una noche en un club de striptease o una operación estética para su mujer.

"Señoras y señores, así quedaría su mujer, ¿quién me da 10.000 libras? ¿15.000 libras?", se puede escuchar en las grabaciones emitidas. El escándalo ha llegado hasta el parlamento británico. Ha dimitdo un alto cargo del ministerio de Educación que organizó la cena. Y no habrá más. Se han suspendido, pero ha hecho falta denunciarlo publicamente para pararlo.