"Este tomará café", esa era la contraseña de advertir a los demás agentes de que el pasajero estaba dispuesto a pagar.

En las imágenes que se han empleado de prueba en el juicio, se ve cómo uno de los agentes saca unos billetes de su cartera y los deja debajo de la gorra. Posteriormente, el agente los recoge y los reparte entre los compañeros, que tienen claro lo que le corresponde a cada uno, ya que hasta se dan el cambio entre ellos.

Según la fiscalía, sobornaban a los pasajeros del aeropuerto de Gran Canaria. Ellos hacían la vista gorda y los pasajeros a cambio introducían comida y hasta 250.000 euros sin declarar.

Pero los agentes no solo admitían pagos en metálico, sino que también en especies. En otro vídeo se puede ver cómo se reparten una caja de pulpo.

La fiscalía pide penas de hasta 18 años de prisión porque su misión era evitar el blanqueo de capitales y el contrabando de alimentos. Entre sus compañeros, el caso ha generado indignación, ya que "duele ver que quien tiene que hacer cumplir la ley se la salte".

El juicio en el que se han presentado nuevos vídeos y audios continúa, mientras que los 11 acusados mantienen su inocencia y aseguran que las imágenes corresponden a la compra de un reloj para un compañero que se iba a jubilar.