En las imágenes se puede ver la definición misma de rabia e irracionalidad. Un hombre que golpea, patalea, escupe e insulta en el autobús que le lleva por el oeste de Londres.

Fuera de sí, se baja e impide que siga el trayecto mientras trata de agredir al conductor hasta que al ver que no puede, la paga con los parabrisas. Sin embargo, en un descuido del chófer se abre camino a puñetazos hasta la cabina y logra golpearle.

Toda la escena ocurre por que el conductor le había pedido el abono transporte, a lo que el viajero contestó con una retahíla de exabruptos xenófobos. Al final, es un grupo de pasajeros el que sale a por el energúmeno y despeja el camino.

No es el primer incidente racista en los autobuses de Londres después de que este verano, esta conductora tuviera que aguantar que la increparan, por mujer y por musulmana. Cosas de la ultraderecha.