La Guardia Civil continúa con la búsqueda del conductor que atropelló al menos tres personas, acabando con la vida de dos de ellas, en El Álamo, Madrid, tras la celebración de una pedida de manos que acabó abruptamente por una pelea que tuvo su origen en un órgano, según el dueño del bar en el que se celebraba.

Adolfo Juan, aún conmocionado fue testigo de la reyerta y ha explicado a laSexta que los problemas de la celebración, que reunió a unas 60 personas llegaron en torno a las 23:30 horas cuando mientras uno de los participantes quería seguir poniendo música, el dueño del órgano, que era de otro clan, quería apagarlo para salir a cenar.

En la terraza del bar estaba todo preparado para cenar la barbacoa que ellos mismos habían traído y preparado pero no llegaron a probar bocado, porque acto seguido, se desencadenó el altercado.

Atropello de 14 personas

Juan cuenta que además de la "pelea monumental", escuchó disparos "o petardos como dicen algunos" y que un coche a mucha velocidad "se llevó a 14 personas por delante".

A la manaña siguiente, alertados por un conductor que circulaba por la M-40, la Guardia Civil encontró, primero, a una mujer de 18 años con heridas de gravedad que continúa hospitalizada y el cuerpo de la joven de 27 años a unos 200 metros del bar de la celebración. Ya por la tarde, en la misma zona, hallaron el cadáver su pareja, un hombre de 28 años. Ambos habían asistido a la fiesta de pedida.

Mientras finaliza la autopsia a las víctimas, la Guardia Civil media con los patriarcas de los clanes para evitar respuesta al suceso y busca a los responsables del presunto atropello y Juan continúa poniendo a punto su bar, clausurado hasta este misma mañana y donde todavía queda la bebida, y los utensilios de cocina que ellos mismos trajeron sin pensar en un final como este