La hija de Amparo tiene 20 años y sufre el síndrome de Dravet, una enfermedad que, entre otras cosas, provoca en Natalia y en el resto de pacientes que la sufren, una media de hasta 90 ataques epilépticos al mes.
"Yo estaba buscando una solución a las tantísimas crisis", explica Amparo. Sin embrago, gracias a un ensayo clínico en el que participa el Servicio de Neurología y Neuropediatría del Hospital La Fe de Valencia, a Natalia y a toda su familia les ha cambiado radicalmente la vida. "De tener de 60 a 90 crisis al mes a tener 15 o 20 la diferencia es brutal", continúa Amparo.
Por su parte, el doctor Vicente Villanueva, jefe de la unidad de Epilepsia Refractaria del Hospital La Fe, explica que "evitar los sobresaltos de las crisis mejora la calidad de vida de las familias".
El fármaco, que se presenta como solución oral, está elaborado a base de 'cannabidiol', uno de los componentes de la planta del cannabis. Sin embargo, a pesar de lo que se pueda pensar, carece totalmente de los efectos de euforia que se asocian a la marihuana.
"Quiero dejar claro que es un medicamento fabricado con todos los parámetros y estándares de calidad de una medicación ", afirma Villanueva. "Me explicaron que quitaban el componente más tóxico de la marihuana, así que estaba tranquila", amplía Amparo.
Tras una solicitud de autorización de venta a la Agencia Europea del Medicamento, se espera que su comercialización se haga efectiva como tarde a principios de 2019, por el bien de Natalia y más casos como el de ella.