Un macrobotellón con cerca de 500 jóvenes en Tomelloso, uno de los municipios de Ciudad Real más castigados por el coronavirus, ha desatado la indignación entre los vecinos. La localidad todavía se encuentra en fase 2 de la desescalada, lo que no permite reuniones de grupos de más de 10 personas.

Según recogen varios medios de Castilla-La Mancha y varias publicaciones en redes sociales, en la madrugada del sábado 30 de mayo los de jóvenes se han concentrado en los alrededores del recinto ferial de la localidad para organizar un botellón.

Algunos de los grupos eran de más personas de las que están permitidas para las reuniones y tampoco respetaban las medidas de seguridad, como la obligatoriedad de llevar mascarillas o mantener dos metros de distancia entre personas, tal y como apuntan las informaciones.

Además, los vecinos han mostrado su enfado porque, tras el botellón, los participantes dejaron la zona llena de restos de basura.

Pero este no es el único comportamiento incívico que ha desatado la polémica durante las primeras semanas de la desescalada. En el municipio de Guía Isora, en Tenerife, se produjo un multitudinario entierro para despedir a un conocido vecino, un motorista fallecido en un accidente de tráfico.

Muchos de los asistentes al entierro sí portaron mascarillas pero otros no llevaban la protección necesaria para evitar el contagio. El Gobierno de Canarias ya ha pedido a la Policía que abra una investigación.

Playas y terrazas llenas

Además, durante el fin de semana se han vuelto a ver grupos de gente tomando el sol en la arena o bañándose en la Barceloneta. Actividades que están prohibidas en fase 1 de la desescalada, en la que las playas solo abren para pasear o hacer deporte.

En Sevilla se ha tenido que precintar la terraza de un local con más sillas de las permitidas y que cuenta con licencia solo de sala de fiestas, una actividad que no está permitida en la fase 2.

Otro ejemplo de irresponsabilidad lo encontramos en Granada, donde la Policía Local ha denunciado a 39 de las más de 50 personas que celebraban una barbacoa en la vía pública, incumpliendo el estado de alarma.