El toque de queda impuesto en toda España -excepto Canarias- tiene por objetivo acabar con las reuniones nocturnas. Pese a ello, este fin de semana se han repetido los botellones y fiestas ilegales.

Es lo que ha ocurrido en Madrid, donde la Policía Municipal desalojó en la madrugada del sábado al domingo a 36 personas que participaban en una fiesta ilegal en un local del centro de la ciudad.

Los dueños encerraron dentro a todo el mundo durante más de cinco horas, con la esperanza de que los agentes se cansaran y no les multasen. No obstante, la Policía finalmente logró acceder al establecimiento, un operativo que se saldó con tres detenidos.

Los vecinos alertaron a la Policía a las 01:30 horas, pasada la hora de cierre -en Madrid ya estaba en vigor la prohibición de reuniones pasada la medianoche-, y los agentes comprobaron que había ruido de personas y música en el interior del local. Sin embargo, aunque llamaron e intentaron abrir la persiana, nadie les abrió.

Cuando finalmente consiguieron entrar, cinco horas después, la gente comenzó a salir apresuradamente, intentando escapar y llegando a agredir a varios agentes, según el cuerpo policial. Por este motivo, una persona fue detenida por atentado a un agente de la autoridad.

Una vez dentro, los agentes comprobaron que había 36 personas, la mayoría sin mascarilla y sin distancia de seguridad. Según manifestaron algunas de ellas, habían sido retenidas en el local pese a que querían abandonarlo, por lo que dos individuos fueron arrestados por un delito de detención ilegal.

Además, los dueños del establecimiento han sido denunciados por saltarse las normas de seguridad contra el coronavirus. Las personas que no llevaban mascarilla asimismo han sido denunciadas.

En el local se incautaron asimismo varias bolsas de estupefacientes, 3.200 euros que portaba una persona, y se advirtieron restos de cigarrillos y tabaco de cachimba, cuando está prohibido fumar sin distancia de seguridad. La encargada fue asimismo denunciada, por fumar delante de los propios agentes.

Además, el local no presentó licencia ni seguro. Desde la Policía Municipal resaltan que las personas que se encontraban en el interior corrían un gran peligro, ya que las puertas se encontraban cerradas con llave y sin posibilidad de escapatoria en caso de emergencia.

Irresponsables en otras ciudades

También este fin de semana, la Policía detectó en Sevilla un vehículo que estaba llevando a cabo una suerte de 'telebotellón a domicilio': el coche, cargado de bebidas alcohólicas y hielo, iba repartiendo alcohol por casas, parques y plazas.

La gente les llamaba y ellos se lo llevaban en unos minutos. Incluso llevaban una hoja con los pedidos: con los correspondientes combinados y precios para cada cliente.

Además, la Policía precintó otro bar de la capital andaluza que no cumplía las normas. Solo en Sevilla la noche del viernes, la Policía puso 226 denuncias por beber en la calle y no llevar mascarilla.

Mientras, en Granada, los estudiantes de un colegio mayor han protagonizado una surrealista imagen: tenían toque de queda y no podían salir, por lo que se escaparon y volvieron a entrar, de madrugada, trepando por la fachada del edificio, como puede verse en el vídeo que acompaña a estas líneas.