La joven universitaria, de 21 años, fue secuestrada por cuatro hombres cuando dejaba a una compañera de clase en su casa de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en mayo de 2017, según publica el 'Daily Mail'.

Geraldo Parsons, uno de los cuatro hombres que participó en el brutal asesinato, ha confesado en ante un tribunal que Hannah Cornelius, la joven asesinada, les suplicó que la dejaran marcharse después de la violación.

El hombre ha afirmado que le dijo a otro de los implicados que liberara a la joven, pero que, en cambio, el grupo la arrojó en el maletero de su automóvil y se dirigió a un viñedo cercano.

"Ella comenzó a entrar en pánico. Eben se acercó y la apuñaló. La solté cuando la sangre comenzó a derramarse, entonces vi a Vernon llegar con una roca. Le dije que no la matase, pero arrojó la roca sobre la cabeza de Hannah", ha declarado Parsons en el tribunal de Western Cape.

Parsons ha reconocido el robo, violación, asesinato y secuestro y robo de Cornelius, aunque ha dicho que en realidad no quería hacerlo porque tenía pareja y niños pequeños.

Además, ha afirmado que tiene piercings en su pene, lo que "hace que los ataques sexuales sean más dolorosos", tal y como apunta 'The Sun', tras lo que ha añadido que forman parte de su cultura judía que y le dan placer a su novia.

Por su parte, Eben van Niekerk, otro de los partícipes en el asesinato de la joven, envió una carta a sus padres disculpándose por lo ocurrido. "Lamento lo que hice y les pregunto si pueden perdonarme por lo que he hecho", decía el escrito que, según 'The Sun', hizo el hombre siguiendo instrucciones del sargento Steven Adams, oficial de policía de Stellenbosch.