Airada reacción de un acusado en Ohio, Estados Unidos, tras conocer que ha sido declarado culpable. Grita obscenidades al juez y lo llama racista.

El hombre estaba siendo en ese momento condenado a 22 años de prisión por robo y secuestro. El magistrado había tomado en cuenta su arrepentimiento pero tras esta escena, aumentó la pena seis años más.