La maniobra de Heimlich puede salvar vidas en Nochevieja porque los expertos advierten: las uvas y los niños pequeños son una mala combinación. "Las uvas tienen una forma y una textura especial que los niños menores de tres años que si la tragan se puede quedar en la tráquea, en la vía aérea y puede producirse un episodio de asfixia o de sofocación", comenta Paula Vázquez, coordinadora de Urgencia Pediátrica Gregorio Marañón.

 

Por eso las uvas son la tercera causa más común de ahogamiento infantil provocado por alimentos detrás de las salchichas y algunos caramelos. Es la conclusión de un artículo publicado una revista médica británica que deja claro por qué los niños menores de tres años nunca deben comer uvas enteras ni siquiera en nochevieja y tampoco, conviene, dicen los expertos, sustituirlas por otro alimento.

"Todo niño menor de tres años, no debe introducir en la boca ni frutos secos, ni caramelos duros, ni uvas, ni globos y hay que tener mucho cuidado en estas épocas de fiesta", añade la médico. A partir de tres años, uvas sí, pero con precauciones. "Debemos de cortarlas de forma alargada, no por la mitad como una naranja sino de forma alargada, quitarles las pepitas y siempre vigilándoles a la hora de que las tomen", concluye la médico.