Durante sus primeros minutos de vida a 12.000 metros de altura el bebé apenas puede abrir los ojos. La pequeña Kadijú ha nacido en pleno vuelo que cubría la ruta de Guinea a Estambul y ha sido la propia tripulación, la que ha asistido el parto.

La madre, de 28 años, comenzó a sufrir dolores durante el trayecto hasta que rompió aguas y nació el bebé. La imagen ha saltado a las redes, donde muchos bromean sobre la leyenda de que quien nace en un avión tiene vuelos gratis para toda la vida.

De momento, la compañía Turkish Airlines ya lo ha celebrado en Twitter. "¡Bienvenida a bordo princesa!, ¡aplausos a nuestra tripulación!", ha dicho la compañía.

Están tan orgulloso del nacimiento, que hasta el piloto se ha fotografiado con la nueva pasajera que pese a la expectación de su llegada solo buscaba con sus labios el alimento de su madre.