El avión se acercó y tomó tierra de forma violenta, comenzando a rebotar en varias ocasiones de forma incontrolada hasta que cayó en una zona honda del valle.

El techo de nubes bajas que había en ese momento dificultaron la visibilidad a la aeronave, según afirma el Ejército del Aire.

Además, al tratarse de una pista de distancia corta, el piloto no contaba con margen suficiente para poder corregir la maniobra. Eso provocó que se perdiera el control del aparato.

El piloto ya ha sido dado de alta tras recibir un fuerte golpe en la cabeza y solo uno de los 10 militares que iban a bordo continúa aún ingresado.

El accidente ocurrió durante un simulacro que realizaba la Unidad Militar de Emergencias en Jaca, Huesca. La Guardia Civil y el Ejército del aire investigan además si también pudo producirse algún fallo técnico.