Bogdan Firso había fabricado el paracaídas con el que se tiraría desde una torre de Makiivka, en Ucrania, de 14 pisos de altura. Docenas de personas observaban cómo el joven se arrojaba al vacío con el instrumento casero, que no llegó a desprenderse correctamente cuando el adolescente ya había alcanzado el suelo.

Entre los testigos se encontraba la madre del joven, que le grababa en vídeo para posteriormente usarlo como parte de un truco que Firso subiría a las redes sociales. Tras la muerte del menor, la progenitora no pudo moverse del lugar de los hechos, ya que se encontraba "muy conmocionada".

Testigos del trágico suceso han informado a 'Daily Mail' de que el menor estaba alentado por su familia, que le observaba desde abajo y parecían animarle. "La gente ya no es humana, ha perdido todo el sentido común. Sucedió justo delante de mis ojos. El niño saltó con un paracaídas. Voló hacia abajo y golpeó el suelo con la espalda. Fue muy duro", ha asegurado uno de los hombres presentes en la escena.

Los expertos aseguran que, incluso con un paracaídas homologado, el menor no hubiera sobrevivido a la caída, ya que es necesario que la altura sea, al menos, de 70 metros, lo que equivale a un edificio de 25 plantas.