James Stern es activista a favor de la igualdad racial, negro y también líder del grupo neonazi Movimiento Nacional Socialista: "No sabía qué era eso, lo busqué en Google y en su web vi las esvásticas".

Es el hombre que ha conseguido meterle a los supremacistas blancos gol en propia puerta. Hace cuatro años no conocía ni la organización. Desde este enero, tras años de relación con su anterior líder, ahora dirige la organización, pero para desmantelarla.

El asalto fue consentido, dice, por el propio neonazi que lo dirigía: "Me preguntó: '¿Estás realmente dispuesto a dirigir esta organización y protegerla?' Le dije que sí. 'Es tuyo, me dijo'".

En un comunicado, el anterior líder señala que Stern lo engañó. Lo convenció de que los protegería del proceso judicial al que se enfrenta la organización si le cedía la presidencia.

El grupo neonazi afronta una seria demanda por participar en la gran marcha contra el racismo de Chalottesville, en Virginia, en verano de 2017. Una mujer murió tras ser atropellada por un supremacista que invistió a los manifestantes.

Tras hacerse con el control su objetivo es disolver la organización. Como líder ya se ha declarado culpable de todo lo que recoge la demanda.