El Papa Francisco ha aparecido este sábado en silla de ruedas en la basílica de San Pedro para presidir la Vigilia Pascual, donde ha leído con voz cansada la homilía. También se prevé que presida la misa de este domingo, donde emitirá un mensaje por la paz en Ucrania y Gaza.
Sin embargo, preocupó su estado de salud este viernes al no asistir al Vía Crucis que se celebró en el Coliseo, una celebración en el que tampoco le vimos en 2023, por otra bronquitis, pero sí en 2022, que fue la última vez que pudo acudir.
Francisco I lleva años aquejado de salud. En 2021, pasó por quirófano por una diverticulitis. Entonces tuvieron que quitarle 33 centímetros de intestino. Al año siguiente, fueron sus problemas de rodilla los protagonistas y del bastón pasó a la silla de ruedas, aunque él bromeaba.
En 2023 padeció una neumonía, una bronquitis y volvió a pasar por quirófano, esta vez por una hernia abdominal. A partir de ahí, se sucedió una cascada de disculpas por los numerosos actos cancelados. "Hoy no puedo hablar desde la ventana", decía en noviembre del 2023, mientras que en febrero del 2024 se disculpó por seguir "un poco resfriado".
Al Papa también le falta una parte de un pulmón, que tuvieron que extirpársela de joven, pero, pese a todo, lo que nunca ha perdido es la fe.