El hombre acusado de asesinar y ocultar el cadáver de Janet Jumillas, la mujer desaparecida en Cornellà en marzo, habría tratado conscientemente de despistar a los agentes encargados de la investigación. Según recoge 'El Periódico', el supuesto homicida y su presunto encubridor, que también fue detenido en un principio, podrían haber utilizado varios teléfonos móviles para intentar distraer a la Policía.
El juez que instruye el caso autorizó a los Mossos d'Esquadra a intervenir los teléfonos de ambos para escuchar sus conversaciones, así como el examen policial de sus cuentas de correo electrónico y sus redes sociales, su geolocalización y baliza de seguimiento, con el objetivo de que les llevara al cadáver de la mujer, a la que los agentes creen muerta tras encontrar restos de su sangre en la vivienda del sospechoso.
Sin embargo, según apunta 'El Caso', el sospechoso, Aitor G.P., sabía que la Policía rastrearía su móvil, por lo que cambió de teléfono y además lo dejó en varios lugares para confundir a los investigadores, presuntamente para evitar que los agentes localizaran el cuerpo de Janet guiándose con el sistema de geolocalización de su terminal.
Sin embargo, el presunto homicida fue detenido de todas formas y el juez ha decretado para él prisión provisional sin fianza, por considerar que si quedaba en libertad, el riesgo de fuga y de que destruyera pruebas era elevado.
Aitor G.P. está acusado del asesinato de Janet y el ocultamiento de su cadáver, crímenes que niega, insistiendo en que la víctima y él eran amigos. El principal sospechoso, de 32 años y nacionalidad española, se había instalado hace poco en Cornellà (Barcelona), donde la mujer, madre de dos hijos, fue vista por última vez el pasado 13 de marzo.
No es la primera vez que el hombre tiene problemas con la Justicia, ya que tiene antecedentes por delitos de drogas. Desempleado y padre de un hijo, vivía desde hace unos meses con su pareja en la casa donde se encontraron los restos biológicos que llevaron a los Mossos a inclinarse por la hipótesis de una muerte violenta.
La familia sospechaba de él desde el principio como responsable de la desaparición de Janet, ya que desde el primer momento descartaron que se hubiera marchado voluntariamente, dejando atrás a sus dos hijos pequeños.
Por su parte, el segundo sospechoso, Cristian K., de 23 años y nacionalidad española, está en libertad con medidas cautelares, acusado de encubrir a Aitor G.P.
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