Zafar, un delfín que nadaba en la costa francesa, tenía un curioso comportamiento: intentaba tener sexo con los bañistas. Los intentos del animal de acercarse para mantener relaciones con humanos obligaron a cerrar la playa al baño por razones de seguridad.

Pero la verdad que esconde la historia de Zafar es más triste de lo que parece, el delfín se siente solo. Zafar necesita compañía y está en celo, según apuntan los expertos. Y la ausencia de ningún compañero de su especie le lleva a intentar satisfacer este tipo de necesidad con humanos.

"El comportamiento de Zafar no es raro para un delfín en su situación", cuenta la investigadora Elisabeth Hawkings en 'The Washington Post'. Zafar es un delfín social solitario que, por alguna razón, ha sido aislado de otros delfines, es un delfín marginado.

Así que está "queriendo, necesitando y buscando un contacto social que no está siendo satisfecho", continúa Hawkings. Los delfines son muy sociales, Zafar se acercaba a los humanos y, en principio, jugaba con ellos, pero cruzó el límite y empezó a buscar satisfacer sus necesidades sexuales con los humanos.

La historia de Zafar podría acabar con un final aún más triste, puesto que si el delfín se acostumbra a los humanos, podría despistarse ante la amenaza que estos suponen y ser víctima de maltrato o incluso morir atropellado por un barco, por lo que los científicos recomiendan que no se interactúe más con este simpático delfín.