En diez días, las ovejas de Guillermo Cana, un anciano jubilado de Algeciras, deberán ser sacrificadas por orden la Junta de Andalucía. A través de una resolución, la Junta indica que este hombre de 70 años ha llevado a cabo una explotación clandestina con estos animales.

El rebaño de Guillermo está formado de cuatro ovejas, tres chivos, una cabra y un carnero, animales a las que les espera un final muy cercano. Su dueño no ha dudado en denunciar y recurrir la orden de la administrativa, al igual que Pacma. Éste opina que estos animales no han sufrido ningún tipo de explotación clandestina, al igual que los vecinos y familiares del afectado.

Guillermo insiste en que su rebaño está en buen estado pues no les saca leche, ni les corta la lana ni las destina a la industria cárnica. Son sus mascotas y, por ello, exige otra solución. Sin embargo, la Junta no ha respondido a esta declaración. Ni a la recogida de 12.000 firmas que abogan por la supervivencia de los animales ni a las distintas protestas en contra de la decisión de la Junta andaluza aglutinándose en su edificio o a través de las redes sociales.

"La Junta de Andalucía tiene la posibilidad, atendiendo a las circunstancias epidemiológicas de la zona, de realizar analíticas a los animales antes de sacrificarlos. Sorprende por tanto que, estando la provincia de Cádiz declarada indemne de brucelosis y tuberculosis por la Unión Europea, por lo que la posibilidad de que estos animales estén infectados es nimia, desde la OCA se utilice este argumento para dictaminar la muerte de estos animales, en un afán exclusivo de preservar este galardón un año más, con independencia de determinar la veracidad de la ausencia de estas enfermedades en la provincia", argumentan los animalistas.

El Partido Animalista no ha dejado de luchar y ha enviado una nota de prensa en la que denuncia y critica duramente la decisión tomada en lugar de establecer otra alternativa ya que se trata de animales sanos. Con ello, recuerda y recrimina la resolución basada en el sacrificio 40 cachorros sospechosos de tener rabia sin haber sido contagiados en Ceuta.

Según explica Pacma, el procedimiento es idéntico al que se realizó con los cachorros sospechosos de rabia sacrificados en Ceuta. "La legislación andaluza condena a muerte a animales sanos, sin ocuparse en comprobar primero si verdaderamente son contagiosos de alguna enfermedad o por el contrario están completamente sanos", explica el partido el cual recurrirá dicha resolución para que no se produzcan casos como éste en un futuro.