Tres trabajadores de la mina de Súria, en Barcelona, han fallecido al quedar sepultados tras un desprendimiento en una de las galerías. El aviso se ha dado este jueves cerca de las 9 de la mañana. Los tres fallecidos eran jóvenes de 28, 29 y 31 años, uno de ellos becario. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha confirmado la trágica noticia. Al mismo tiempo, ha agradecido el trabajo de los operarios para recuperar el cuerpo de los jóvenes, y especialmente a los propios mineros de la empresa que han contribuido a ello.
Además, Aragonès ha indicado de que la investigación está abierta por la autoridad judicial y Mossos d'Esquadra. "Hoy lo más importante es estar al lado de las familias y los mineros y mineras que ven como tres compañeros suyos ya no están. Reconocimiento al trabajo de todos que han puesto lo mejor de cada uno en una situación tan complicada", ha expresado el president.
En esta misma línea se ha manifestado también la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien desde su cuenta de Telegram ha expresado su "pésame por la muerte" de los geólogos, y ha añadido: "Quiero enviar mi afecto a los familiares de las víctimas y a los trabajadores de la mina, así como a los compañeros de la Universidad Politécnica de Cataluña en unos momentos tan duros".
Como ha informado la empresa ICL Iberia en un comunicado, los tres trabajadores estaban inspeccionando una zona del interior de la mina. Una galería que llevaba abierta apenas 24 horas. Al producirse el accidente, sobre las 8 de la mañana, se ha activado inmediatamente el protocolo de emergencia y se ha evacuado a las 240 personas que trabajaban allí en ese momento.
La dirección de la compañía ha lamentado profundamente el accidente y ha trasladado su sincero pésame y solidaridad a las familias, compañeros y amistades y se ha puesto a su plena disposición. "La seguridad es un valor esencial para la compañía y Grupo ICL. En estos momentos se están investigando las causas del accidente junto con las autoridades competentes", han remarcado en dicho comunicado.
Atrapados a 900 metros bajo suelo
Las víctimas han quedado atrapadas a una profundidad de 900 metros. Sus familiares han sido avisados por teléfono de la tragedia. Tras llegar al lugar de los hechos, han recibido el apoyo de los equipos de psicólogos del Sistema de Emergencias Médicas (SEM). Emergències Mèdiques de Cataluña ha activado dos unidades terrestres, dos helicópteros medicalizados y el equipo de psicólogos, que trabajan en el lugar de los hechos.
Además, se han desplazado ocho dotaciones de bomberos. Los Mossos, por su parte, han activado la unidad de montaña, la de subsuelo y la canina. El resto de trabajadores de la mina han sido evacuados y no hay más personas heridas. Fuentes sindicales han asegurado a EFE que el accidente lo ha causado un desprendimiento de liso -cara plana y extensa de roca-.
Para evitar que ello suceda se actúa habitualmente en las minas mediante la técnica del bulonaje, también utilizada en algunas carreteras para prevenir desprendimientos de roca: suele consistir en anclajes metálicos y una malla también metálica para soportar el techo. De acuerdo con las mismas fuentes, estas labores están subcontratadas, lo que ha concitado el rechazo histórico de los sindicatos.
En la mina de Iberpotash en Súria trabajan entre 800 y 900 personas, de modo que en el momento del accidente el turno debía estar conformado por entre 200 y 300 empleados, añade estas fuentes, que resuelven que "las medidas de seguridad no son las que deben ser". En junio de 2020, dos empleados de Montajes Rus, subcontrata de Iberpotash, murieron en sendos accidentes laborales ocurridos en otra mina, la de Vilafruns (situada entre Sallent y Balsareny), después que unas piedras de grandes dimensiones les cayeran encima. Tras el segundo accidente mortal, ocurrido el 25 de junio, la dirección de Iberpotash paró la producción esta mina y posteriormente la cerró definitivamente. Iberpotash forma parte de ICL Iberia, filial del grupo ICL, con oficinas centrales en Israel.
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