La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a tres años de cárcel a un ciudadano nicaragüense que partió un vaso a un amigo al que intentaba calmar después de una discusión grupal en una discoteca de la ciudad, un golpe que le provocó la pérdida de visión en un ojo.
La Fiscalía pidió inicialmente nueve años de prisión para J.E.M.M., pero las partes alcanzaron antes del juicio un acuerdo basado en la aplicación de las atenuantes de embriaguez y reparación parcial del daño, por lo que, una vez oída la conformidad del acusado, la Sección Tercera de la Audiencia dictó sentencia firme en la misma sala.
Según informaron fuentes del caso a Efe, el tribunal impuso al procesado tres años que computan desde el 13 de mayo de 2019, día en el que entró en prisión preventiva, así como la prohibición de acercarse a menos de 400 metros y comunicarse con la víctima durante diez años y el pago de una indemnización de 50.000 euros, todo por un delito de lesiones con pérdida o inutilidad de órgano o miembro principal.
En cuanto a la atenuante de embriaguez, la sentencia considera que J.E.M.M. estuvo "bebiendo durante toda la noche", mientras que la de reparación del daño parte de los 800 euros ya consignados por el encausado, que no representan una gran cantidad respecto al total pero sí "un gran esfuerzo" teniendo en cuenta su situación económica, según recalcó el juez.
Invitó a su amigo a "fumar y calmarlo un poco"
La petición económica inicial era de 3.419 euros por las lesiones y 71.862 por las secuelas, pero el acuerdo entre la defensa y la acusación particular ejercida por el agredido también contempló su reducción.
Los hechos ocurrieron sobre las 2.00 horas del 21 de abril de 2019 cuando el acusado, que vive en España en situación irregular, estaba en una discoteca en la zona del parque empresarial Nuevo Torneo junto a varios amigos, entre ellos la víctima, que es de nacionalidad guatemalteca.
Tras una discusión entre componentes del grupo, el denunciante "invitó" a su amigo a salir "para fumar y así calmarlo un poco", ya que "estaba algo alterado".
Mientras iban camino del exterior, "sin motivo aparente", J.E.M.M. "golpeó en el rostro" a su amigo "con el vaso que portaba en la mano", según relata la Fiscalía en su escrito de calificación, con el que el acusado se mostró conforme.
Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió el estallido ocular del ojo izquierdo, lesión de la que sanó a los sesenta días pero que le dejó como secuelas la pérdida de visión, dos cicatrices en los párpados y manchas de retina.
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