La trataba "de una forma ruda, grosera, incluso agresiva", explicó. Asegura que era un menosprecio continuo y notorio, aunque sutil. "No le pegaba, no le decía palabras como 'pendeja' o 'idiota'", pero la contradecía y la "regañaba" habitualmente, la desautorizaba

El caso de Pilar Garrido, desaparecida el 2 de julio y hallada muerta semanas después en un descampado, dio un vuelco de 180 grados.

Las autoridades señalaron a su marido como probable responsable del asesinato, y detallaron que la valenciana de 34 años falleció por estrangulamiento.

Pese a sus sospechas, se vio vencida por el miedo y por la presión de la familia del marido, criminólogo de profesión.

De la difunta Pilar, recordó que amaba a su bebé y, de primeras, era tímida con la gente. Aunque jamás ponía una mala cara o estaba de mal humor. "Se hizo muy buena amiga de mis amigas. Era muy educada, conocida y querida".