Los niños y adolescentes tampoco han escapado de las consecuencias de la pandemia: "Mi hija tiene un poso muy fuerte de ese aislamiento durante meses", afirma Consuelo Alcalá, presidenta de TCA Aragón. Su hija ya tenía diagnosticado un trastorno de la conducta alimentaria antes de la pandemia, pero el encierro complicó su situación: "La que lo pasó mal fue ella porque estaba aislada, fuera de su mundo, de su familia, de sus amistades...", expresa la mujer.

Ella forma parte del elevado número de niños, niñas y jóvenes a los que la pandemia ha provocado o agravado un trastorno mental o de la conducta. Y es que, con el coronavirus y el confinamiento, se ha triplicado el número de estos trastornos. "De alguna manera, había esa sensación de que los niños son muy resilientes y que lo aguantan todo. Efectivamente lo son, pero desgraciadamente también han sufrido las consecuencias de la pandemia en su salud mental y en su bienestar", manifiesta Carmela del Moral, responsable de políticas de infancia de 'Save the Children'.

Nuria Núñez, psiquiatra, señala al respecto que "el niño que se queda en casa y pasa mucho tiempo con el móvil y las redes sociales, con contacto telemático, al final va sintiendo inseguridad e insatisfacción en comparación con los demás".

En un nuevo informe, 'Save the Children' advierte de que un 3% de niños, niñas y adolescentes ha tenido algún tipo de pensamiento suicida. Además, los trastornos mentales o de la conducta golpean cuatro veces más a los hogares con rentas más bajas. "En poblaciones desfavorecidas se acusaba más el trastorno. Y es que la accesibilidad al psicólogo no es fácil", lamenta Ana Asensio, psicóloga y fundadora de 'Vidas en Positivo'.

En este sentido, Carmela del Moral, responsable de políticas de infancia de 'Save The Children' subraya que "la desigualdad entra en el juego de la salud mental", "Todos los obstáculos del sistema público de salud se pueden sortear a través de tratamientos privados, pero muchas familias no pueden acceder a ellos", manifiesta Del Moral.

Por eso, dicen los psicólogos, es fundamental una intervención temprana: cuanto antes se detecte el problema, más rápido y más fácil será solucionarlo.