A menos de 24 horas de que se celebre el Toro de la Vega, finalmente sí habrá festejo: el Gobierno había pedido suspenderlo, pero la Fiscalía les dijo que no. Lo que no se va a poder utilizar son los arpones que la organización pretendía usar en la nueva normativa de este año para lancear al toro.
Así, se celebrará como se viene haciendo desde 2016: un encierro sin herir ni matar al animal. Una decisión que critican desde la organización, tal y como ha expresado Gerardo Abril, expresidente del Patronato: "Nos gustaría que volviera otra vez el torneo como es debido. Puro y como es debido".
Aún así, desde el Patronato aseguran que seguirán adelante, cumpliendo con la normativa vigente, pero desde el Ministerio de Derechos Sociales, que habían pedido sin éxito la suspensión cautelar, desconfían.
"Nos hemos puesto en contacto con el Ministerio del Interior y con Delegación del Gobierno y les hemos instado a tomar todas las medidas necesarias para que se cumpla la resolución judicial y no se hiera al animal", señala Lilith Vestrynge, secretaria de Estado para la Agenda 2030.
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Desde Pacma, partido que ha logrado paralizar la nueva normativa, celebran la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, pero en Tordesillas el enfado es generalizado, aseguran que se está destruyendo la tradición y piden volver al origen de sus fiestas matando al toro como han hecho durante más de 500 años.
Unos 90 afectados
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Los técnicos de Seguridad Alimentaria del departamento de Sanidad cántabro han acudido al restaurante donde tuvo lugar la celebración para recoger muestras, sin embargo y hasta el momento, no han encontrado nada a lo que echarle la culpa.