Los responsables del parque acuático han informado de que, en su opinión, demoler la atracción "es el único curso de acción apropiado después de la tragedia" acaecida en el parque.

Según informa 'Time', el centro está a la espera de que culmine la investigación abierta tras la muerte del niño para saber si los tribunales les permiten proceder con la demolición del tobogán.

La atracción, llamada 'Verrückt' -que en alemán significa 'locura'-, tiene la altura de un edificio de 17 pisos y, en ella, los visitantes recorrían una distancia de 51 metros en descenso a 100 kilómetros por hora con una balsa.