El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, y el presidente de CRUE-Universidades Españolas, han explicado cómo será la nueva prueba de bachillerato en una rueda de prensa. En junio de 2017, unos 400.000 alumnos se someterán a esta evaluación, que el próximo curso no servirá para obtener todavía el titulo de Bachillerato pero sí para entrar en la universidad.
El ministro, que ha asegurado que "muy próximamente" va a presentar el borrador del proyecto de real decreto a las comunidades autónomas en el seno de la Conferencia Sectorial de Educación, ha celebrado el "acuerdo" con los rectores, que hace un mes le exigieron una moratoria para la puesta en marcha de la nueva evaluación que acaba con la actual selectividad.
El objetivo es sacar adelante una norma general para que la prueba sea "única en toda España, pero flexible para que las comunidades autónomas desarrollen los exámenes cada una en su territorio", según ha explicado Píriz, que ha reiterado que a los rectores lo que les "preocupaba" era que se "rompiera" con el llamado 'distrito único' y la nota obtenida no sirviera a los estudiantes para acceder a cualquier universidad como ocurre ahora.
El ministro ha recordado, no obstante, que la ley permite a las universidades realizar sus propias pruebas de acceso, algo que el decreto que prepara no lo puede impedir, pero ha insistido en que con el sistema acordado "se garantiza que sirva para todas".
Los alumnos se examinarán de ocho materias: las cinco troncales, dos opcionales y una de las específicas, a elección, en los dos últimos casos, de los estudiantes. La nota final constará en un 60% del resultado de la evaluación y en un 40% del expediente de Bachillerato, como ocurre en la actualidad, y la puntuación máxima seguirá siendo de 14.
Asimismo, previsiblemente se ponderarán varias materias en función de lo que se quiera estudiar, algo que no se hace en esta selectividad.