El Tribunal Supremo ha ratificado la condena a diez meses de cárcel a cuatro agentes de la Guardia Civil destinados en Noia, A Coruña, por vejar y humillar a un compañero con insultos homófobos durante cuatro años.
Los condenados "actuaron de manera concurrente, conjunta y persistente". Uno de ellos llegó a realizar comentarios como "los maricones no deberían estar en la Guardia Civil", "arriba España y muerte a los maricones" o "prefiero tener un hijo muerto o drogadicto que maricón".
La sala de lo militar del Supremo confirma la condena del tribunal militar de A Coruña, que les condenó por "abuso de autoridad" y además tendrán que indemnizar a la víctima con 10.000 euros por daños psíquicos y morales.
Las vejaciones comenzaron en el año 2010 y se alargaron "de forma ininterrumpida" hasta que la víctima se apartó del servicio. El agente lleva de baja desde noviembre de 2014 con un diagnóstico de trastorno mental severo.
Las vejaciones e insultos llegaron incluso antes de que la víctima se incorporara a su puesto de trabajo en ese año y es que uno de los condenados dijo que "iba a llegar al puesto un maricón". De hecho, desde que llegó al cuartel comenzó a percibir un trato distante e inadecuado por parte de estos compañeros, que no le devolvían el saludo militar y mantenían una actitud cortante, poco cordial y rara.
También realizaban comentarios acerca de su aspecto e incluso le llegaron comentarios referentes a que llevar pendientes "era una cuestión de maricones". Y es que desde su llegada, los condenados, comenzaron a difundir rumores sobre su orientación sexual diciendo que era "homosexual" y atribuyéndole motes como "fresita", "maripili", "prima", "perla", "maricón" o "la mujer del puesto", mofas que alternaban con acusaciones de escasa competencia, llegando a tildarle de "vago, incompetente y mal profesional".
La sentencia también recoge frases de sus compañeros referentes a su aspecto físico: comentaban si se había "operado la cara" y que dicha operación, al igual que su coche, "se lo había pagado su novio". Rumores y cuchicheos "difundidos sin base real", según el juez.
El escrito también señala que en las diferentes ocasiones en las que la víctima se dirigió a su superior jerárquico para explicarle que sus compañeros le daban un trato inadecuado, éste se limitaba a decirle que no hiciese caso.