Alejandro y Carlos se
abrazan después de recordar su odisea, el pasado sábado volvían a casa en su
coche, después de pasar la noche en los carnavales, conduciendo en mitad de una
de las peores tormentas que se recuerdan en la ciudad.
La oscuridad y el
torrente de agua hizo que no vieran que la carreta por la que circulaban se
había abierto por completo y su coche cayó en picado por un terraplén. "Empezamos
a dar vueltas de campana y llegó un momento en que paramos, empecé a notar agua
y pensé que me iba a ahogar", explica Alejandro Zaragoza.
Carlos consiguió salir
del coche pero Alejandro se quedó atrapado. "Empecé a pegar patadas desde
dentro y Carlos desde fuera dándome ánimos", explica Alejandro. Todavía este
lunes, Málaga sigue siendo una ciudad marcada por el temporal, con calles
embarradas, garajes completamente anegados y destrozos en numerosas viviendas y
locales. En un restaurante las estructuras metálicas cedieron por el peso del
granizo.