Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, la parte este de la ciudad quedó abandonada. Esta se convirtió en un territorio fantasma con una fotografía de posguerra. Sin embargo, fue precisamente en el interior de estos edificios cuando comenzó el aperturismo y donde el tecno berlinés cogió fuerza.

Aunque en la parte oeste de Berlín también se escuchaban géneros electrónicos como el 'house', en la parte este buscaban un sonido más duro. Perseguían una música industrial y de corte obrero, finalmente, encontraron en el tecno.

"La caída del Muro supuso una apertura, una puerta que se abría hacia el futuro", asegura Julius MC, DJ y escritor. En el verano de 1990, el movimiento ocupa lanzó a los berlineses a entrar y conquistar los edificios abandonados, desde entonces en ellos empezaron las 'raves'.

La capital del tecno

En esta época se fundaron los clubes más icónicos de Berlín, entre ellos destaca el Trésor, que fue fundado en 1991, en las bóvedas de unos antiguos grandes almacenes abandonados en la Segunda Guerra Mundial, según el colectivo Techno and Chill.

Se organizaban fiestas ilegales hasta que en 1989 cuando se creó 'Love Parade'. Este festival de música electrónica de Berlín tuvo un éxito rotundo, en pocos años este evento congregó a más de un millón de personas, consolidando la ciudad como capital del tecno.

A pesar de que este género musical nació en Detroit, Estados Unidos, a finales de los años 80, este sonido guarda una estrecha relación con la cultura de Berlín. Por eso, desde Alemania ahora busca ser reconocido como Patrimonio Intangible de la Humanidad.