Las costas de Australia son famosas, entre otras cosas, por albergar en sus aguas un gran número de tiburones. El pasado 2020, el país batió el récord de muertes por ataques de este animal, con un total de siete fallecidos, unos números que el país no repetía desde 1934.
Brett Highlands, un pescador submarino que fue atacado el pasado viernes 21 de mayo por un tiburón tigre de 3 metros, ha descrito el horror que vivió mientras buceaba en Quandong Beach, Australia Occidental. Afortunadamente, Brett tuvo tiempo de avisar a sus compañeros antes de que el tiburón le mordiera con mayor virulencia y pudo salvar su vida.
"Como un perro que agarra un hueso"
En el día de su 48º cumpleaños, Brett vio la muerte cara a cara. Mientras se encontraba pescando a 50 kilómetros de la ciudad de Broome con algunos de sus compañeros, fue sorprendido por un tiburón tigre pero vivió para contarlo. “No tuve mucho tiempo para pensar, pero recuerdo haber pensado: ‘oh Dios mío, esto es todo’”, cuenta el pescador para el medio local australiano 7NEWS.
Brett tuvo poco margen de maniobra en una situación que él mismo define como “inquietante” pero, por suerte, esta bestia del mar no se ensañó con el pescador. "Me mordió suave, luego volvió a morder, casi como un perro que intenta agarrar bien un hueso", relata Brett sobre su fatídica tarde en Quandong Beach.
El pescador buceaba con un arpón que terminó convirtiéndose en su mejor aliado. Mientras era atacado, Brett clavó el arpón como le fue posible en el vientre del tiburón tigre, lo que le permitió huir de los mordiscos del temible animal. "Clavé la lanza, se soltó de inmediato y salió disparado", añade.
Nadar sin mirar atrás
Una vez el tiburón huyó del lugar, dejando con vida a Brett, él hizo lo propio: nadó más de 80 metros, sin mirar atrás, hasta que consiguió llegar al bote donde le esperaban sus compañeros.
Allí sus amigos le socorrieron con la ayuda de un cinturón de buceo que utilizaron para realizar un torniquete mientras llegaban a Brome. En la ciudad, el servicio de emergencias atendió a Brett y rápidamente fue trasladado al Hospital Royal Perth, donde le realizaron una cirugía de emergencia.
Gracias al trabajo de los cirujanos y equipo médico del hospital fueron pocas las secuelas que le quedaron al pescador submarino. El único peligro al que está expuesto ahora es a una posible infección por las mordeduras, un mal menor viendo la gravedad de los hechos.
No obstante, este episodio no frena las ganas de Brett de enfundarse el traje de neopreno y volver al mar aunque, eso sí, con más protección de la habitual. “A veces las cosas suceden por algo. Todos conocemos los peligros cuando nos metemos en el agua, es su territorio. Pero elegimos hacerlo ”, afirmó el australiano en el mencionado medio. Además, agregó que en un futuro este fatídico episodio se convertirá en una historia para contar a sus nietos.
Ataques comunes en Australia
En 2020 hubo siete muertes por tiburón en Australia, una cifra reseñable teniendo en cuenta que en 2019 no murió nadie por este motivo. Solo en Australia Occidental, zona que abarca casi la mitad del país, se dieron 7 de los 18 ataques de este animal durante el pasado año, como señala The Guardian. Con el episodio de Brett, la cifra de ataques de tiburón este año asciende a ocho, tres durante la semana pasada, afirma 7News.
Mark Sanguinetti, de 59 años, fue el último en ser atacado el pasado 19 de mayo por un tiburón blanco de 4,5 metros en Tuncurry Beach (Nueva Gales del Sur), mientras se encontraba practicando surf. El surfero huyó de las garras de este temido animal, explica The Australian, pero murió pocos minutos después en la costa de Tuncurry Beach.
Por otro lado, Charlie Cernoboriwas, de 58 años, no tuvo la misma suerte que Brett cuando fue atacado en la misma ciudad que él, Broome, el pasado mes de noviembre. El australiano murió tras ser mordido en el muslo y en la mano por un tiburón blanco mientras realizaba bodyboard en Cable Beach. Este ha sido el primer ataque fatal de la playa en tres décadas y el último mortal en la ciudad.