La familia de Anthony, el niño con autismo rescatado tras varios días desaparecido en un bosque australiano, no cree que el pequeño, de solo tres años, simplemente se perdiera, sino que sospechan que alguien lo pudo secuestrar.

A su madre, Kelly Elfalak, solo le importa volver a tenerlo en sus brazos: "Me siento bendecida. Estoy tan feliz de que él esté aquí, de que esté con nosotros, que esté sano y salvo. Eso es todo lo que importa", ha afirmado.

No obstante, para su entorno y para la Policía, los detalles del caso sí son importantes: creen que la desaparición no fue casual y que el niño fue secuestrado para acabar siendo abandonado en una zona boscosa a solo 500 metros de la casa familiar.

Además, cuando revisaron las cámaras de seguridad de la finca en busca de alguna pista para encontrar al menor, se dieron cuenta de que, misteriosamente, se habían borrado cuatro horas de grabación, coincidiendo con el momento de la desaparición.

Para Alan Hashem, amigo de la familia, lo que es incluso "más alarmante" es que las cámaras de seguridad habían sido instaladas tan alto que "no puedes manipularlas". "Teníamos dos mecanismos de almacenamiento: almacenamiento en la nube y también almacenamiento físico, y no hay datos en ese intervalo de tiempo", apunta.

Ahora, los agentes tratan de averiguar exactamente qué ocurrió. En este sentido, Tracy Chapman, superintendente de la Policía Estatal de Nueva Gales del Sur, ha señalado que "ciertamente hubo un período de tiempo en el que no hubo grabación en las imágenes de CCTV". "Continuaremos analizando eso", ha apuntado.

A los investigadores les cuesta creer que, a sus tres años, Anthony haya sido capaz de sobrevivir tres días en el bosque sin nada para comer, expuesto a los animales salvajes y a gélidas temperaturas cercanas a los cero grados. Además, la zona donde finalmente le encontraron este lunes había sido peinada al milímetro con un extenso dispositivo de policías, buzos, perros adiestrados y rayos infrarrojos.

La familia se inclina por la hipótesis del secuestro porque Anthony, además, es un niño que no habla y no suele separarse de su madre. Por el momento, continúan por despejar las numerosas incógnitas que rodean su desaparición.