Los helados proteicos están de moda. El catálogo de sabores es amplio. Están los clásicos de vainilla y chocolate y otros más innovadores como los de brownie o los de cookies. También los venden en diferentes formatos como las tarrinas y las barritas. Pero los nutricionistas indican que lo primero que hay que hacer es mirar los ingredientes para saber si son tan saludables como nos los venden.

"Su mayor reclamo es que tienen más proteínas que los helados normales. Los habituales tienen en torno a cuatro gramos, pero los de proteínas cuentan con siete o diez gramos", explica Carmen Escalada, dietista y nutricionista del Instituto Médico de la Obesidad.

Además añaden que es muy importante fijarse en el tipo y la cantidad de azúcar que llevan o que las grasas que incluyen no sean saturadas. Pero según los expertos, aunque a simple vista parezcan menos calóricos, hay que tener cuidado. Es más, apuntan a que algunos de estos productos tiene bastantes carencias. "La lista de ingredientes es interminable, llevan colorantes, espesantes y eso a nuestra salud no les hace ningún favor", subraya Escalada.

¿Y cuántos helados proteicos debemos consumir? Insisten en que su consumo debe ser ocasional, no se debe abusar de ellos. Pensar que son más sanos nos puede llevar a comer más. "Pueden ser un buen sustituto para un día puntual si queremos consumir menos calorías que con un helado normal", apuntan los expertos.

En cuanto al sabor, hay diferentes opiniones entre quienes los han probado. Algunos consumidores aseguran que están ricos y que son muy ligeros. Otros, sin embargo, prefieren tomar un helado clásico de toda la vida. Otros productos como los yogures de proteínas también están triunfando. Los nutricioncitas aseguran que la gente sana, con una dieta normal y vida activa no necesita estos suplementos de proteínas.