El sacerdote José Manuel Ramos Gordón, recientemente suspendido durante diez años por el Vaticano, abusaba de sus alumnos y les compensaba en su expediente académico. Sus abusos lastraban la vida de esos menores en todos los aspectos, también en el académico. "Éramos como autómatas en clase, estábamos por estar; pasábamos todo el día como idos: mirando por la ventana o durmiendo", recuerda Javier al hablar de sus primeros años en el colegio.

Asegura que su rendimiento escolar fue "devastador". Sólo una asignatura aprobada (Ciencias Sociales, con sobresaliente) llamaba la atención en una cartulina de notas plagada de suspensos. "Nunca nos dijeron nada el resto de profesores; era como si no estuviésemos", relata Javier al recordar el descaro con el que el cura Ramos Gordón calificaba con un sobresaliente a los alumnos -siempre discretos- de los que previamente había abusado.

"Abusaba de ti por detrás y llorabas, pero él seguía con sus juegos"

José Manuel, Virgilio, Javier y su hermano... Son algunas de las víctimas de José Manuel Ramos Gordón. Ellos relataron su horror ante las cámaras de Salvados. Son exalumnos del sacerdote ahora suspendido por el Vaticano. 35 años después de innumerables abusos sexuales sobre los niños a los que educaba, Ramos Gordón será obligado a vivir en un monasterio fuera de la Diócesis de Astorga.