"Evidentemente, siempre alguna zona, como sótanos, que se cubren mal porque no está pensado para ello", cuenta Juan Martín, director de ingeniería de Radiotrans. Es lo que podría haber pasado aquella  noche.

Dentro de los pabellones había zonas de sombra donde la emisora perdía la cobertura. Las paredes de hormigón impedían la comunicación entre los que estaban dentro atendiendo a las víctimas y los que estaban fuera.

"Escúchame, ¿me quieres escuchar? Felíx dentro, dentro no hay cobertura ni hay una manera de salir", decía por teléfono Antonio Sanjuan, jefe de logística del Samur Para el responsable del servicio sanitario, se trata de una llamada  puntal. El operario del Samur estaba dentro de la enfermería, una de las zonas más aisladas, rodeada de enormes muros.

Efectivamente incluso dentro del botiquín, dado que es una jaula de cemento enorme, hay momentos en los que ni siquiera la radiofonía funciona, pero eso ocurre sólo en un pequeño porcentaje de las llamadas, asegura Ervigio Corral, responsable de comunicación del Samur.

Aquella noche no sólo falló el sistema Tetra, también fallaron los móviles. 20.000 personas intentando hablar a la vez colapsaron las redes de telefonía. Ante tanta adversidad, los médicos acabaron utilizando sus teléfonos personales para comunicarse.