En apenas unos días, a partir del próximo sábado, los españoles podrán volver a salir a la calle sin mascarilla. Un momento que, sin embargo, algunos ven aproximarse con cierto temor.

"Esa inseguridad de 'me voy a poder contagiar, voy a poder contagiar a las personas'", resume una joven a laSexta, mientras otros ciudadanos hablan también de "inseguridad" e incluso "vértigo" ante el momento de desprenderse de la mascarilla. Algunos, incluso, lo comparan con "ir en ropa interior" por la calle.

Un sentimiento de desprotección que los expertos llaman 'síndrome de la cara vacía' y que, aunque no es un trastorno mental, puede transformarse en estrés. En este sentido, Dafne Cataluña, del Instituto Europeo de Psicología Positiva, advierte de que puede convertirse "en un trastorno de ansiedad, en ataques de pánico" o incluso "en agorafobias".

Para superarlo, no debemos evitar quitárnosla, sino hacerlo poco a poco, si percibimos seguridad. En este sentido, algunas personas ya planean quitársela "en la calle y si hay bastante distancia".

Además, hay que recordar que sin mascarilla ganamos calidad en las interacciones, pero lo cierto es que con ella ganamos confianza, también frente a nuestros complejos. Y es que las leyes de la percepción han jugado a favor de nuestra belleza durante toda la pandemia, ya que el cerebro tiende a autocompletar de la mejor manera posible lo que no ve.

A partir de este fin de semana, veremos al fin cómo es realmente la cara de muchas personas y, al descubrirnos el rostro, asomarán también nuestras inseguridades. "Antes nos daba vergüenza llevar la mascarilla y ahora nos da vergüenza no llevarla", resume una joven.

Sin embargo, Dafne Cataluña, apunta que la mascarilla no es la solución ante una autoestima baja, "porque ese problema de base está ahí, esa inseguridad está ahí". La solución: querernos. Y, poco a poco, volver a acostumbrarnos a pasear a cara descubierta.