Un impresionante incendio ha despertado de madrugada a los vecinos de Arbo, en Pontevedra. Las llamas se han aproximado demasiado a las viviendas.

Los bomberos de Portugal han sido los primeros en acudir al lugar de las hechos para sofocar las llamas. Unas labores que se han complicado por el viento, que ha provocado que el fuego se propagara sin control. Un viento racheado, que todavía continúa dificultando las labores de extinción.

Las llamas ya han calcinado más de 100 hectáreas de pinos y eucaliptos. Entre los vecinos afectados, una pareja que ha visto las llamas bien de cerca. El fuego se quedó a tan sólo unos metros de su jardín. Explican que "el fuego bajaba como una bala" y que todo "ha quedado en un susto".

Las brigadas terrestres llevan más de doce horas trabajando para sofocar el fuego, a unas temperaturas superiores a los 60 grados. Desde el aire, seis helicópteros y cuatro aviones trabajan a contrarreloj para acabar con las llamas.