El fuego devoraba la tercera planta del edificio. Dentro estaban atrapados un matrimonio y su hija de un año. Con el humo envolviéndolo todo, sin salida y con las llamas avanzando, el hombre rompió la ventana y, desesperado, lanzó a su pequeña al vacío. "Fue aterrador, porque no sabía si podría tirarme con ella o si sería la última vez que tendría a mi hija en brazos", ha declarado la madre.

En la calle, uno de los siete jóvenes consigue agarrar a la niña antes de que toque el suelo. "La lanzaron y nosotros conseguimos sujetarla", ha asegurado.

Pero el peligro no cesaba: todavía estaban los padres de la niña en el apartamento. Con las llamas casi encima, los vecinos les gritaron que se lanzaran también y, con la ayuda de un colchón, lograron amortiguar la caída.

Los siete jóvenes son los héroes de esta historia, a los que ya se ha bautizado como los siete magníficos. Ahora intentan esclarecer por qué se provocó el incendio.