Lorena se preguntaba: ¿podré ser madre al tener esclerosis múltiple? Pese a que le dijeron 'no' más de una vez, ella le dijo 'sí' a la vida. Y así llegó Nieves. "¿Qué le pasa a mamá a veces?", le pregunta a su hija, y añade: "Que está un poco cansada". Nieves responde: "Le tengo que ayudar, esos días le pongo las cosas más fáciles".

A los 20 años le confirmaron la enfermedad, pero Lorena tenía claro que quería ser mamá. "Mi marido me animó mucho y me dijo que éramos un equipo y que si un jugador se lesiona se puede seguir con el resto de la plantilla". Es una decisión a la que se enfrentan muchas de las 37.500 mujeres que tienen la enfermedad.

Una gran parte desiste o posterga la maternidad por la esclerosis. A Teresa, otra paciente con esclerosis múltiple, también le generó dudas, pero dio este paso y ha criado a su hija tras separarse de su pareja. "Te asomas a un balcón que no tiene barandilla, y es decir 'me tiro y voy a ver'", relata Teresa. Y una forma que tiene ella de ocultar sentimientos inevitables es estar en movimiento.

Tal y como dice ella: "Empezar a vivir y no saber qué va a ser de ti en un futuro, si vas a poder tener hijos o seguir trabajando". Una situación complicada que multiplica por dos las posibilidades de sufrir depresión, aislamiento o ansiedad. "Estás pasando por un proceso de duelo, porque al final estás perdiendo una parte de tu salud", explica Cristina Soria, psicóloga de la Asociación de Enfermos y Familiares de Esclerosis Múltiple.

Porque tras el diagnóstico de una enfermedad crónica y degenerativa llegan las dudas y los miedos que, según confirma Soria, están "basados en creencias erróneas". Porque al final, la vida te regala oportunidades. Lorena y Nieves lo dicen: son las mejores amigas y compañeras en esta vida de lucha.