En la diligencia judicial, realizada a puerta cerrada y a través de videconferencia, Uribe Noguera, preso en la cárcel La Picota de Bogotá, aceptó los cargos de secuestro simple, acceso carnal y feminicidio agravado que le hizo la Fiscalía por unos hechos registrados el pasado 4 de diciembre en la capital colombiana.

Trascendió que durante la audiencia realizada en el complejo judicial de Paloquemao la mamá de Yuliana, Nelly Muñoz, sufrió al menos dos crisis nerviosas al escuchar pormenores del crimen por lo que fue necesario suspender la diligencia mientras era atendida por paramédicos.

Muñoz, que tiene siete meses de embarazo, estuvo acompañada por su esposo, Juvencio Samboní, al igual que por otro familiar.

El caso de la niña causo estupor por la sevicia con la que actuó el asesino, quien la raptó en su humilde barriada y la condujo a un apartamento donde la violó y estranguló, según informó en su momento el director del Instituto de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés.

Según las imágenes captadas por unas cámaras de seguridad, la pequeña fue secuestrada y obligada a subir a un vehículo gris y, a pesar de que los padres denunciaron inmediatamente su desaparición y que la Policía se puso a buscar de inmediato, nada pudo evitar el trágico final. Pocas horas después del secuestro, los agentes encontraron el cuerpo de la pequeña con claros signos de violación y tortura

Durante la diligencia judicial, Uribe Noguera, que tenía el cabello recortado, chaleco antibalas y sin barba ni bigote, pidió perdón a la familia de Yuliana.

"Sí, sí pidió perdón", dijo a periodistas Miguel Ángel Álvarez, abogado de la familia de Fernando Merchán, el vigilante del edificio en el que fue asesinada la niña y que luego se suicidó.

Igualmente se declaró tranquilo porque dijo que la confesión de Uribe deja en claro que Merchán "no tuvo absolutamente nada que ver en el homicidio de esta menor ni fue cómplice".

El juzgado que lleva el caso fijó para el 29 de marzo la audiencia en la que dará a conocer la condena de Uribe.