La conmoción se ha apoderado de México por el secuestro y asesinato de una mujer embarazada de ocho meses. Se llamaba Mónica Segura y desapareció el pasado 1 de junio en el estado de Nuevo León. Semanas más tarde encontraron su cadáver con el abdomen rajado.

La joven, de 22 años, había quedado con otra mujer que, supuestamente, iba a regalarle ropa para su futura hija. La última vez que la vieron con vida fue en la estación de metro en la que ambas tenían que encontrarse, según apunta el diario 'El Universal'.

Entonces, la familia de Mónica denunció su desaparición y la principal sospechosa, una mujer de 33 años, fue detenida. Las autoridades la encontraron con una niña, que resultó ser la hija de la desaparecida. Así lo pudieron comprobar tras cotejar sus análisis con el ADN de la pareja de esta.

Tras esta detención, la Policía llevó a cabo varios registros y en una vivienda hallaron varias armas de fuego, munición, drogas y una incubadora. Fue tras interrogar a la sospechosa cuando los agentes dieron con la finca en la que estaba enterrada Mónica con el abdomen rajado.

Según la Fiscalía, la detenida secuestró a la joven, la llevó a su casa y allí le realizó varios cortes con un objeto punzante en el abdomen para extraer a su bebé de 8 meses. Tras lo ocurrido, la madre falleció debido a una pérdida severa de sangre, como ha confirmado la autopsia.

La familia de la víctima ya ha solicitado la custodia de la pequeña y asegura que hay más gente implicada en el secuestro y asesinato, ya que varias embarazadas denunciaron con anterioridad anuncios sospechosos de gente que les ofrecía ropa para sus bebés a través de Internet.