"Se alquila increíble y lujoso apartamento de tres habitaciones, cocina equipada y dos baños en el centro de Madrid, al lado del Retiro, solo 860 euros". El anuncio, colgado en un famoso portal inmobiliario, suena sospechoso y laSexta decidió comprobarlo.

Tras ponernos en contacto con el anunciante del supuesto piso, nos informan de que el precio por un mes de alquiler es de 860 euros, gastos incluidos. Toda una ganga que suena a fraude.

A continuación, llega la trampa: para reservarlo, Airbnb pide pagar los primeros dos meses de alquiler y una fianza de un mes. Así, solo para verlo tendríamos que pagar 2.580 euros a través de un enlace.

El link nos redirige a una supuesta web de Airbnb que, sin embargo, no es tal. "Te reconducen a páginas que aparentemente tienen todos los logos y la apariencia de una página segura", explica María Fernández, portavoz de la Policía Nacional. Se trata de 'phishing', uno de los métodos más utilizados por los delincuentes cibernéticos para cometer estafas.

Es justo lo que le pasó a Rebeca en una conocida web de anuncios. "Nos insistió en que le ingresáramos la mensualidad más una fianza, más otro mes para Airbnb, que eran los que nos iban a enseñar todo el piso", cuenta.

laSexta pide más información al anunciante y, como desconfiamos, nos envía unas fotografías, supuestamente suyas, junto con un pasaporte. En la dirección del anuncio, sin embargo, no hay carteles de 'se alquila', ni aparece su nombre en los buzones. De hecho, la mayoría de los pisos del bloque son oficinas o despachos de abogados. Se confirma que estamos ante una estafa más de Internet.

Aunque muchos portales de alquiler cuentan con equipos para detectar fraudes como este, el primer detector es el sentido común."Cuando ves un anuncio que está en la zona que estás buscando, que tiene unas fotos increíbles y un precio que no te lo puedes creer, lo más probable es que sea un fraude", indica Fernando Encinar, jefe de estudios de Idealista.

Otras señales que deben hacer saltar nuestras alertas son las faltas de ortografía en los anuncios, ya que estas mafias suelen usar un lenguaje automatizado. Además, el supuesto dueño dice vivir en el extranjero y siempre pide un pago por adelantado.

Paola fue víctima de una de estas estafas: perdió 700 euros al reservar el que parecía el piso de sus sueños. "Cuando llegó el momento de ver el piso no apareció, sin mas, no existía", relata.

Desde la Policía piden que se denuncien estos casos, para que la rueda del fraude inmobiliario no siga girando.