Ya han pasado los meses más calurosos del año y, a su vez, en los que más incendios se producen. En estos ochos meses, solo ha habido tres incendios forestales, cuando la media suele ser de 15, una quinta parte más.

Por eso, 2018 está siendo el mejor año en número de incendios en la última década. En lo que va de año, han ardido más de 18.000 hectáreas, no supone ni una quinta parte de las arrasadas el año pasado en el mismo periodo. Y si se compara con 2012, el peor que se recuerda en esta década, solo ha ardido una décima parte.

Esta tendencia a la baja debería mantenerse ahora que también bajarán los termómetros y habrá menos calor y más lluvia. En el Mediterráneo, donde este año han sufrido uno de los peores incendios, septiembre suele ser uno de los meses con más precipitaciones.

Pero hay que estar prevenidos porque en el mes de octubre del pasado año Galicia sufrió la peor oleada de incendios. Hasta 49.000 hectáreas quedaron entonces arrasadas. Por eso, la Xunta ha decidido este año ampliar la temporada en la prevención de incendios. "Es importante la prevención, los medios de extinción y una buena investigación sobre los incendios hasta llegar a sus autores", afirma Ortensio Quintarios, brigadista forestal.

Se evitan, así, las contrataciones puntuales solo en el caso de que haya fuegos activos. Una medida que junto a la instalación de 88 cámaras de seguridad en los bosques gallegos ha facilitado que no haya incendios provocados. Aún así, los expertos insisten: la prevención debería mantenerse durante todo el año.