Cuando el dueño de Teo, un perro de raza Shih Tzu, fue a recogerlo al veterinario notó algo raro en él. El animal presentaba un comportamiento extraño. "Estaba decaído, tenía la mirada perdida, no podía moverse y babeaba", explica el hombre en su página de Facebook. A pesar de que preguntó si había habido algún problema, desde el centro le dijeron que todo estaba bien y que no se preocupara.

Para saber lo que le había pasado realmente a su mascota, decidió llevarlo a un segundo veterinario. En un principio, en este centro comenzaron a tratar a Teo "como si tuviera una intoxicación o sedación", añade su dueño. Sin embargo, finalmente le confirmaron que Teo había sufrido algún golpe o caída.

Indignado, según publica el medio La República, el dueño del animal interpuso una denuncia y se abrió una investigación para esclarecer los hechos. Cuando los responsables de la primera clínica veterinaria examinaron las grabaciones de las cámaras de seguridad descubrieron la verdad.

El veterinario había golpeado fuertemente al animal y después lo había intentado reanimar.

Para evitar que más casos así vuelvan a repetirse, el dueño de Teo ha hecho público el caso de su mascota.