Las misas del padre João Paulo Araujo Gomes tienen un elemento diferente. Cada domingo, este sacerdote brasileño lleva a su iglesia a todos aquellos perros abandonados que se encuentre para conseguir que alguien los adopte. Él los acoge en la Parroquia de Sant’Ana Gravatá, los lleva al veterinario, los cuida y los baña.

Este cura lleva ya años rescatando a perros de las calles, alojándolos en su casa y llevándolos a misa con el objetivo de que alguno de los fieles decida adoptarlo. Además, João Paulo Araujo Gomes ha creado una red de voluntarios para poder asegurar que los animales tienen acceso a comida y agua.

"Siempre podrán entrar, dormir, comer, beber agua y encontrar refugio y protección, porque esta casa es de Dios y ellos son de Dios", ha explicado en Facebook el sacerdote, que ha señalado que ellos tienen el mismo derecho a entrar en la parroquia y formar parte de las misas.

A raíz de esta iniciativa, el número de perros callejeros ha disminuido en Gravatá; incluso João Paulo Araujo Gomes ha adoptado a varios. "Hay algunos perritos que tienen problemas de salud graves. Por suerte los traigo a la parroquia y son adoptados", ha expresado.