Susurros, crujidos, golpecitos repetitivos... son algunos de los sonidos que Ana Muñoz emplea para sus vídeos ASMR, siglas de Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma, un efecto sensorial de relajación convertido en todo un fenómeno y que, según sus seguidores, provoca auténticos 'orgasmos cerebrales'.

Muñoz, cuyos vídeos persiguen relajar y ayudar a dormir a quienes los visualizan, tiene más de un millón y medio de suscriptores en YouTube. Ella define el ASMR como "ese cosquilleo que a lo mejor podemos sentir cuando nos hacen cosquillitas" en los brazos o la cabeza. Para conseguirlo, se sirve de su voz susurrante y de todo tipo de objetos con los que hace 'tapping', es decir, dar golpecitos.

El doctor Eduard Estivill, especialista en Medicina del sueño, explica que "esto lo que hace es que poquito a poco la corteza cerebral se va desconectando y aparece el sueño".

El ASMR empezó a ser conocido en 2010, pero la irrupción del COVID-19 disparó el número de descargas. No en vano, según los especialistas, debido a la pandemia el número de personas que padecen insomnio ha aumentado un 30%.

Celia Belloso, otra youtuber de ASMR con un cuarto de millón de fieles, hace 'role play', recreando diferentes situaciones con sonidos. "Hay muchísima gente que ha coincidido en que las pastillas que necesitaban para dormir las han dejado a base de ver mis vídeos", afirma.

Aunque puede ayudar a conciliar el sueño, los médicos advierten de que no es la panacea, puesto que hay personas a las que el ASMR, lejos de tranquilizarlas, pone más nerviosas. No obstante, algunos vídeos de ASMR en español acumulan cerca de 13 millones de visitas.