Rosa Peral ha llegado a los juzgados de Tarragona en una furgoneta de los Mossos d'Esquadra. Ha salido por unas horas de la cárcel de Mas d'Enrich, en Tarragona, donde cumple una condena de 25 años por el asesinato de Pedro Rodríguez, el conocido como 'Crimen de la Guardia Urbana'. En la sala, junto a ella, ha estado su padre, Francisco Peral. Los dos han declarado ante la jueza en calidad de investigados por un delito de alzamiento de bienes.

Según adelantan algunos medios, Rosa Peral ha reconocido ante la jueza que cedió a su padre la mitad de su casa para no perderla. Ella y el otro autor del crimen, Albert López, tenían que pagar conjuntamente 885.000 euros a los familiares de Pedro Rodríguez y, en caso de no tener dinero, les embargarían las propiedades. Por eso, seis días antes de que la condenaran, Rosa citó a un notario y transfirió a su padre la mitad la vivienda de Vilanova i la Geltrú, la casa donde tuvo lugar el asesinato.

Con esta maniobra, Rosa Peral buscaba, presuntamente, ser insolvente y ahorrarse así el pago de la indemnización a la familia de la víctima. Además, también cedió el coche a su padre.

Francisco Peral, por su parte, sostiene que aceptó la casa para asumir el pago de la hipoteca. A la salida de los juzgados no ha respondido a ninguna de las preguntas de los medios de comunicación. Tampoco la abogada de la familia, Núria González, ha hecho ninguna declaración al respecto. Solo se ha limitado a decir "que van a mantener fielmente el secreto del proceso".

De momento, Rosa no ha pagado ni un euro a la familia de la víctima. Albert López sí ha cumplido con el pago de la indemnización y ha cedido el piso que poseía en Badalona.