Desde que ha salido de la cárcel, Romano sólo piensa en que su madre no pudo verle en libertad. Emocionado, se lamenta por no haberla podido cuidar durante su cáncer.
Disfrutando de su primera cerveza en un bar asegura que su madre también sufrió una violación y por eso no iba a parar hasta demostrar su inocencia, porque él ha vidido "ese dolor" en su propia familia.
Le cuesta expresar con palabras el calvario que ha sufrido durante estos 12 años entre rejas, en los que todos los días le gritaban "violador de mierda", según el mismo cuenta.
Ha pasado su primera noche en una parroquia de Palma de Mallorca, aunque poco ha podido hacer porque sólo tiene 33 euros en el bolsillo y dos bolsas en las que recopila su vida.
Romano siempre mantuvo su inocencia, asegurando que el no agredió a ninguna de las tres mujeres pero no fue hasta 2007 cuando el Tribunal Supremo admitió a trámite unas pruebas de ADN que confirmaban que el culpable de la violación por la que le condenador fue un ciudadano británico que ya está en una cárcel de Reino Unido por violaciones anteriores.
Por eso, ahora su abogado pide una indemnización. En el día de su liberación, en su país natal los principales diarios se han hecho eco de la noticia destacando el infierno por el que ha pasado. De momento, Romano asegura que se va a quedar en España luchando para que se le haga justicia.
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