En Perales del Río (Getafe)

La ribera del Manzanares se convierte en un cementerio de cigüeñas por un posible brote de gripe aviar que la CAM descarta como grave

¿Por qué es importante? Aunque la Comunidad de Madrid insiste en que el brote de gripe aviar es "de baja patogenicidad" y no reviste gravedad, cerca de 500 aves han muerto, y los veterinarios aseguran que una mortalidad así debería considerarse seria.

La ribera del Manzanares se convierte en un cementerio de cigüeñas por un posible brote de gripe aviar que la CAM descarta como grave
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La escena en el río Manzanares, en Perales del Río (Getafe), es ya imposible de ignorar. Cigüeñas flotando en mitad del agua, otras descomponiéndose en los márgenes o enredadas entre las cañas, y los bomberos y Agentes Forestales trabajando sin descanso desde hace más de una semana para retirarlas. Las sacan con EPI completos, las introducen en grandes bolsas negras y las alinean en la ribera. En algunas, incluso, asoman los picos. Después, los restos viajan a una incineradora.

Todo esto ocurre mientras sobrevuelan la zona algunas cigüeñas que parecen estar resistiendo… pero cada vez menos. "Que de repente no veas ni un pájaro… te deja en shock", explica Chus, una vecina que encontró dos ejemplares muertos y dio la voz de alarma. Dice que estos días el cielo está "vacío".

Detrás de esta imagen puede haber un brote de gripe aviar. La Comunidad de Madrid reconoce que existe, pero lo define como "de baja patogenicidad", una variante que —según el Ministerio de Agricultura— suele ser leve e incluso pasar desapercibida. Sin embargo, sobre el terreno la realidad es otra: cerca de 500 cigüeñas han muerto, una mortalidad tan alta que veterinarios consultados advierten de que un brote así sí debería considerarse grave.

La Comunidad, de momento, no ha comunicado el foco al Ministerio porque sostiene que no está obligada mientras los análisis sigan situándolo en nivel "bajo", según confirman a laSexta. Además, traslada la responsabilidad de las pruebas recordando que el laboratorio que analiza las muestras depende del propio Ministerio. Los primeros resultados hablaban de baja patogeneicidad, pero ahora —ante la aparición de más cadáveres— se está a la espera de nuevas confirmaciones. Aun así, el Gobierno regional asegura que ya está aplicando medidas propias de un brote grave, como la prohibición de criar patos y gansos junto a otras aves, la limitación de visitas a granjas o el control estricto del agua para evitar contaminaciones.

Mientras tanto, los bomberos, que llevan cuatro días consecutivos retirando cuerpos, admiten su preocupación: están trabajando en contacto directo con las aves, muchas ya mordidas por animales salvajes, y denuncian que no se les está realizando seguimiento sanitario pese al riesgo. Usan trajes especiales, pero la exposición es constante.

El Ayuntamiento de Getafe, que fue el primero en advertir de lo que estaba ocurriendo, tampoco obtiene respuestas. Reclama a la Consejería de Medio Ambiente los resultados de los análisis para poder adoptar medidas, pero la alcaldesa sigue sin recibir contestación. Los bomberos también piden un protocolo claro y un seguimiento para quienes llevan días manipulando cadáveres.

Mientras las administraciones se cruzan argumentos, el paisaje sigue igual: cadáveres amontonados, cuerpos atorados entre cañas, bolsas negras junto al agua y un foco de enfermedad a un paso del carril bici y de las zonas de paseo de Perales del Río. Y, sobre todo, un río Manzanares que estos días ofrece una imagen que preocupa… aunque la Comunidad de Madrid insista en que "no es para tanto".

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