César Román, el conocido como Rey del Cachopo, ha enviado una carta titulada 'Seis meses en la cárcel siendo inocente' al diario 'El Mundo' en la que defiende su inocencia tratando de desmontar las pruebas presentadas contra él.

"La prueba aparentemente irrefutable de ADN contiene importantes errores que impiden afirmar que ese cuerpo sea el de Heidy, sigo creyendo que está viva. Un cuerpo de una mujer blanca de raza caucásica que no ha parido, según los forenses, incompatible con Heidy, de raza negra y con dos hijos", escribe en su carta el acusado. Sin embargo, este medio cita a fuentes policiales para explican que la raza caucásica puede incluir también a personas hondureñas como era Heidy Paz y que los partos fueron por cesárea y no naturales.

César Román ya acusó a una supuesta red mafiosa formada por policías y relacionada con el tráfico de drogas y la extorsión del asesinato de su novia. Actualmente, se encuentra en prisión preventiva acusado del asesinato de su pareja Heidi Paz.

El Rey del Cachopo sigue intentando desmontar las pruebas presentadas contra él: "Un cuchillo de 'grandes dimensiones' como arma homicida que en realidad es una pequeña puntilla de 8 centímetros de filo, sin huellas ni ADN. Una nave de la que se dijo que sólo yo tenía llaves, y aparecieron cinco personas con juegos. Una nave de la que 30 minutos antes de llegar la Policía se vio salir a un hombre moreno vestido con ropa de trabajo de 170 centímetros de altura que no soy yo. Unos restos biológicos microscópicos hallados en el piso donde vivimos, incompatibles con las manchas de sangre que provocaría un descuartizamiento.

Un taxista que confesó que 'eso no es lo que me dijo la policía'. O como guinda del esperpento, un sofá requisado que en un primer informe es rojo-granate, en el segundo amarillo y en el tercero naranja. Una orgía de desatinos, cuya única certeza es que soy inocente y no se está buscando al auténtico culpable de la horrorosa muerte de esa chica porque ya hay en Soto a quien echarle este muerto".

También se queja del trato recibido dentro de prisión: "Me han denegado poder hablar con periodistas cuando estaban autorizadas las visitas. Una decisión que he recurrido porque supone un agravio comparativo respecto al guante de seda con que son tratados en esta prisión otros reclusos como los políticos del procés de Cataluña, a los cuales se les permite dar ruedas de prensa, recibir visitas casi sin limitación y tener ordenadores portátiles en sus celdas.

Una doble vara de medir que no parte de los funcionarios de prisiones, sino de decisiones y cargos políticos de los ministerios de Interior y Justicia. Ante esto no sólo no voy a callarme, sino que además de recurrirlo, he solicitado celebrar una rueda de prensa, en las mismas condiciones que se les permiten a los políticos presos, que no presos políticos. También estoy finalizando un libro que aclarará muchas cosas".