César Román, conocido como 'el rey del cachopo', ha sido condenado a quince años de prisión como responsable de un delito de homicidio por la muerte de su novia, Heidy Paz, al que se le suman las agravantes de parentesco y género.
Así lo ha dictaminado la magistrada que ha presidido la vista oral del juicio con jurado popular celebrado en la Sección 26 de la Audiencia Provincial de Madrid, en cuya resolución se especifica que los hechos contra Román han sido probados.
Concretamente, la sentencia hace referencia a diferentes partes del suceso, como que "César, no aceptando que Paz quisiera distanciarse de él", fue al domicilio de la víctima a "quitarle la vida".
Además, añaden: "A continuación, para evitar ser descubierto y que se pudiera identificar el cadáver y determinar la causa de la muerte, César procedió a amputar su cuerpo ".
César y Heidy compartían una relación sentimental estable desde al menos el mes de mayo de 2018, recuerda la resolución, que les llevó a vivir en diferentes viviendas. Según el texto, está también probado que la "actuación de quitarle la vida" a Paz "fue la plasmación de una situación de dominación y control". Así, concluyen que el principal motivo fue que la víctima no quisiera mantener la relación con el condenado.
El 20 de septiembre de 2018 se registró el piso en el que vivía Román, después de que el 13 de agosto se hallara un tronco de una mujer, luego atribuido a Paz, en una nave alquilada por el procesado. Tres meses después, fue detenido en Zaragoza, donde vivía con una identidad distinta.
Tras su arresto el ADN determinó que el cuerpo era de Heidi Paz, con la que mantuvo una relación sentimental, por lo que el proceso pasó al Juzgado de Violencia Contra la Mujer número 6.
La defensa negó los hechos
El acusado defendió en la vista oral que la que fuera su pareja, de 25 años, bien estaba viva en Honduras o bien habría acabado con ella una supuesta banda organizada de 'vuelcos' de drogas. Una hipótesis que fue negada por parte de los investigadores del Grupo VI de Homicidios.
En esta línea, la defensa de César Román contrató a una psicóloga para evaluar al acusado. Esta apuntó que el empresario es un ser sociable y, a su vez, rechazaba que sea una persona agresiva: "Disfruta muchísimo de las relaciones sociales, es un animal social". Así, de acuerdo con su análisis, César sería una persona que presenta rasgos narcisistas, dependientes y paranoides, pero ningún trastorno.
Conforme avanzaba la investigación y salían más datos, los indicios eran cada vez más evidentes contra Román. De hecho, los forenses que realizaron la autopsia a Heidi Paz determinaron que quien desmembró el cuerpo de la víctima "sabía cómo hacerlo": "La persona que lo realizó conocía que era más fácil hacerlo a nivel de articulaciones". Unos hechos que compaginaban con la actividad del condenado, un exitoso empresario dueño de varios restaurantes.
Así, según los expertos, quien realizó estos actos no quería que se identificase con facilidad a la víctima. Por ello, llegó a cortar una parte de la piel de su ombligo, en la que la mujer tenía una cicatriz de cesárea: "Nos hizo pensar que ese corte estaba ahí para quitar algo", remarcó un forense.
Por su parte, la letrada Ana Isabel Peña, defensa de Román, ya anunció que recurriría ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) la condena al considerar que el jurado popular deliberó sobre hechos que no eran objeto del procedimiento, lo que supondría una vulneración de los derechos de su cliente, indica.
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